El cine de terror no tiene punto medio: o lo amas o lo odias. Los clichés, los sustos repentinos y el gore no son del gusto de todas las personas, pero este género merece una segunda oportunidad porque en él las mujeres han encontrado un espacio como protagonistas y sobrevivientes, además de abordar su sexualidad.
A continuación, vamos a desarrollar estas características, en base del análisis de The Final Girl Trope, Explained de The Take.
Los slasher de los ’70s y la final girl
Las mujeres en las películas de terror cumplían el rol de víctimas, eran vulnerables y si se salvaban de la muerte era gracias a un personaje masculino. Esto cambió con las películas slasher de la década de los ’70s, un subgénero del terror que se caracteriza por un asesino que acecha y mata utilizando armas afiladas como un cuchillo o una motosierra. A partir de esta década las mujeres dejaron de ser simples víctimas para convertirse en las protagonistas y sobrevivientes.
En 1992, Carol J. Glover acuñó el concepto final girl para describir a un tipo de protagonistas, en que una mujer:
- Es la única sobreviviente entre su grupo de amigos
- Es “superior moralmente” por no mostrar interés en tener sexo y/o usar drogas versus aquellos personajes que sí (y que son las primeras víctimas fatales)
- Tiene la fortaleza para enfrentar al asesino y matarlo o lograr escaparse.

Sally Hardesty de Masacre en Texas (1974) Imagen de AZCentral

Jamie Lee Curtis como Laurie Strode en Halloween (1978) Foto de LaNetaNeta!

Nancy Thompson en Pesadilla en la Calle Elm (1984) imagen de Club de Cinéfilos

Alice Hardy de Viernes 13 (1980) imagen de HOFF
Un antes y un después: Scream
Scream (1996), dirigida por Wes Craven (Pesadilla en la Calle Elm), es una sátira al género de terror que siempre se ha basado en fórmulas. Sin embargo, su protagonista, Sidney Prescott, no se ajusta al arquetipo tradicional de final girl; no es recatada e incluso transgrede la norma sexo = muerte. Es una heroína cuyo conocimiento de las reglas que operan en el terror le permite subvertir y controlar la narrativa.
“Son todos iguales. Un estúpido asesino acechando a una chica de pechos grandes que no puede actuar y que siempre está corriendo escaleras arriba cuando debería salir corriendo por la puerta principal. Es insultante”.
– Sidney Prescott (Scream).

Sidney Prescott en Scream (1996) Imagen de Medium
Reivindicación de la sexualidad
Las películas slasher clásicas situaban en el centro de la trama la sexualidad femenina, exigiendo la castidad como requisito para la supervivencia de sus protagonistas. Esta prohibición evolucionó hasta reivindicar la sexualidad, las heroínas del género superan la relación de negación con su propio cuerpo hasta apropiarse de él y ejercer poder.
En The VVitch muestra a Thomasin, una joven de una familia de colonos puritanos que viven aislados en el bosque. Un día, mientras cuida a su hermano menor, éste desaparece repentinamente y su familia sospecha de ella, tratándola con aún mayor desdén y hostilidad. La película retrata el control religioso hacia las mujeres y la culpa (el pecado).
“Yo soy esa misma bruja. Y cuando duermo, mi espíritu siempre abandona… mi cuerpo y baila desnudo con el Diablo. Así es como firmé en su libro”.
– Thomasin (The VVitch).

El debut de Anya-Taylor Joy en The VVitch (2015)
Otro gran ejemplo es X (2022), la primera parte de la trilogía de Ti West en la cual Maxine busca saltar a la fama a como actriz de una película porno. Para su filmación, todo el equipo se trasladará a una granja aislada que es administrada por una curiosa pareja de ancianos.
X es incómoda de ver porque aborda explícitamente las consecuencias de la represión sexual y la sexualidad en personas de la tercera edad. Destaca porque Mia Goth, quien protagoniza a la joven Maxine, es a la vez Pearl de ochenta años. Muchas de las escenas además ocurren con una televisión blanco-negro en el canal evangélico, donde se ve a un pastor predicando, cuestión en lo absoluto accidental y que tendrá que ver con el pasado de la protagonista y la última parte de la trilogía, MaXXXine.
“No aceptaré una vida que no merezco”.
– Maxine (X).

Maxine (Mia Goth) en X (2022) imagen de MovieWeb
Una deuda por saldar, la falta de representación
El cine de terror carece de diversidad. Todas las final girls son mujeres blancas y persiste el cliché de que las personas negras sean las primeras en morir.
Tai Gooden explica que la falta de mujeres y niñas negras en el rol de final girl se debe a que, no son percibidas como vulnerables y personas con las que la audiencia podría empatizar e identificar como víctimas de violencia porque apenas se les reconoce como personas, y mucho menos se les considera como valiosas. Sobre este punto, destaca el trabajo del director Jordan Peele en películas como Us (2019), Get Out (2017) y Nope (2022).

Lupita Nyong’o en Us de Jordan Peele (2019)
Por último, tampoco se puede dejar de mencionar la falta de directoras en el cine de terror como otra gran deuda por saldar. Algunas películas con directoras son Raw (2016), La Invitación (2015), The Babadook (2014) y Una chica vuelve sola a casa de noche (2014).
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