La propuesta de distribución gratuita de toallas sanitarias, de la congresista Marília Arraes (PT), fue aprobada por el Senado brasileño en septiembre de 2021 y pasó al Presidente, que lo vetó en octubre. El escenario actual en Brasil se resume en una intensa lucha por el derecho a la salud pública y contra la pobreza menstrual, tomando en cuenta el veto de la distribución gratuita de toallas higiénicas a personas que menstrúan.
El proyecto de distribución de toallas higiénicas en Brasil estaba dirigido a estudiantes con pocos recursos matriculadas en escuelas públicas; mujeres sin hogar o en situación de extrema vulnerabilidad social; mujeres encarceladas y presas; e internadas en unidades para cumplir con medidas socioeducativas, incluyendo mujeres trans.
Al ser consultado sobre el rechazo al proyecto de ley, el Presidente Jair Bolsonaro afirmó que “la inteligencia se puede usar para bien o para mal”. Él se refería a la autora adjunta del proyecto de ley, Marília Arraes.
Según él, el gasto ocasionado por la distribución de toallas sanitarias supera los 100 millones de reales. “Lo pone en distribución gratuita, pero no es una cigüeña que se lo va a llevar a todos”, dijo Bolsonaro. Aunque cuatro millones de mujeres no tienen acceso a una atención menstrual mínima, según el Estudio de Pobreza Menstrual en Brasil, la máxima autoridad brasileña usa el sarcasmo y veta la distribución.
Según él, vio un riesgo de juicio político porque el texto de la ley no especifica de dónde provendrían los recursos para financiar el proyecto.
Impacto y repercusión
La falta de acceso a toallas sanitarias, además de provocar enfermedades crónicas, saca a miles de adolescentes de las aulas. De hecho, más de cuatro millones de jóvenes no tienen acceso a artículos básicos de higiene en las escuelas brasileñas cuando tienen sus reglas, según informes del Fondo de Población de las Naciones Unidas y Unicef.
La prohibición de la distribución gratuita de toallas higiénicas para las personas pobres y vulnerables que menstrúan está siendo objeto de muchas críticas, incluso en el extranjero. En la embajada de Brasil en París, los manifestantes pegaron toallas sanitarias en el edificio en protesta contra el veto de Bolsonaro.

Mujeres brasileñas clavaron toallas sanitarias en las rejas de la fachada de la embajada de Brasil en París para protestar contra el veto del presidente, 2021. Foto: Divulgación.
La falta de acceso a los recursos básicos durante el período de menstruación define la pobreza menstrual. Y esto afecta no solo a la salud física sino también a la dignidad e incluso a la vida productiva de niñas y mujeres. Según una encuesta realizada en julio de este año por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el 35% de las mujeres entrevistadas dijeron que ya habían pasado por alguna dificultad por la falta de acceso a toallas sanitarias. Con la falta de acceso, muchas personas que menstrúan terminan usando métodos para prevenir la menstruación, como bolsas, toallitas húmedas, papel higiénico, lo que puede provocar infecciones, alergias, infertilidad y otros problemas de salud.

El movimiento 8M de la ciudad de Belo Horizonte, MG, Brasil. En un acto en la calle contra el veto de Bolsonaro sobre la distribución gratuita de toallas sanitarias en (14/10/2021). Foto: Tulio Santos/EM
Misoginia
El escenario es alarmante y los gobernantes en el país no están sensibilizados. Hay un tono irónico que parece demostrar que la población que menstrua quiere un artículo de lujo, y no algo básico para la salud pública.
La ministra de la Mujer y la Familia, Damares Alves, reforzó la decisión del Presidente: “El Congreso no puede generar gastos para el gobierno sin señalar dónde estará la fuente”. Y después, ella preguntó: “¿La prioridad es vacuna o toalla sanitaria?”. El tono de amenaza a los derechos básicos de las personas que menstrúan durante una crisis sanitaria continúa.
4 millones de mujeres no tienen acceso a una atención menstrual mínima, según el Estudio de Pobreza Menstrual en Brasil.
Mientras tanto, Bolsonaro también señaló: “Si el Congreso anula el veto de las toallas sanitarias, tomaré dinero de la salud y la educación”.
Por otro lado, la distribución de las toallas higiénicas ya está siendo adoptada independientemente por 13 estados brasileños después de la prohibición del veto por el jefe del país. Las iniciativas comenzaron a anunciarse en medio al rechazo al veto, algunas centradas en los estudiantes y otras, incluidas las mujeres en el sistema penitenciario.
Status del veto de la distribución de toallas higiénicas
El Congreso brasileño tenía 30 días para anular o mantener el veto, pero han postulado la decisión del análisis del veto para febrero de este año. Mientras tanto, el partido de oposición PSOL reúne firmas en el Congreso para apelar a la ONU contra el veto de Bolsonaro a la distribución de las toallas higiénicas. El documento será enviado a la Relatora Especial sobre la Violencia contra la Mujer y a la Relatora Especial sobre el Derecho a la Salud, ambos en el ámbito de las Naciones Unidas.
Las toallas sanitarias son caras en Brasil y para las personas más pobres estos artículos hasta pueden parecer de lujo. Es por eso que las mujeres feministas acusan que solamente en un sistema sexista las toallas sanitarias pueden ser un objeto estético y no un artículo fundamental para que una chica vaya a la escuela, practique deporte, tenga higiene y autoestima con su propio cuerpo.
Créditos foto principal: El movimiento 8M de la ciudad de Belo Horizonte, MG, Brasil en un acto en la calle contra el veto de Bolsonaro sobre la distribución gratuita de las toallas sanitarias en (14/10/2021). Foto: Tulio Santos/EM
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