Durante el mes de julio, la editorial Los libros de la Mujer rota publicó Mientras dormías, cantabas, libro escrito por Nayadeth Pino Luna.
Esta es una novela que, en no más de 200 páginas, le da forma a un relato con alta carga emocional que cuenta los hechos ocurridos durante una celebración familiar de Año Nuevo en un barrio de la periferia de Santiago.
Ver esta publicación en Instagram
Marta, la protagonista del relato, se ve enfrentada a su pasado y está obligada a sobrellevar una noche que parece no acabar.
A través de un lenguaje articulado en torno a la cumbia, la autora le da ritmo a la narración, la cual está cargada de elementos de un cotidiano popular, que convierten a esta novela en un relato que te transporta a las emociones de una madrugada familiar de un primero de enero.
Mediante la nostalgia del año que se va y el miedo que puede generar el futuro, Mientras dormías, cantabas se traduce en una historia potente y emotiva sobre los lazos familiares, el duelo y la necesidad de encontrar una verdad.
El lenguaje de los secretos, la cumbia y la muerte en Mientras dormías, cantabas
Hay verdades que deben permanecer ocultas, que son mejores en secreto, ya que configuran una realidad menos dolorosa que la verdadera. Eso es lo que ocurre en la familia de Marta, protagonista de la novela.
Con la Sonora Palacios de fondo y papas cocidas y ensaladas mediante, se toca “el tema” relacionado a la prima de Marta, Leonor, una muchacha que falleció tiempo atrás a causa de una enfermedad degenerativa.
Es en esa noche donde lo indecible se verbaliza en cierta medida y comienza un viaje narrativo hacia el pasado, al son de las cumbias, para conocer la verdad, pero lo más importante, los porqué de ese acuerdo familiar tácito de reemplazar la verdad por otra.
Los aciertos de la construcción narrativa
Ver esta publicación en Instagram
El uso del discurso directo permite leer textualmente a los personajes y hace que sus voces suenen reales. Son todas intervenciones hechas con un lenguaje entrecortado, que se atora en la garganta de los personajes, dejándonos ante un relato fragmentario que está en consonancia con los discursos que quieren pero no pueden decir los personajes.
A través de frases cortas, muchos puntos seguidos, suspensivos que relatan pensamientos, a veces un tanto incompletos, personajes y lector quedan en el mismo nivel: tratando de descubrir aquello que oculto, pero a punto de explotar.
Paralelamente a esa construcción oral y situada en lo local, la autora presenta pasajes poéticamente construidos, con frases crudas, dolorosas y reflexivas, que hacen que la experiencia de lectura rápida, intensa y, a veces, dolorosa.
El tiempo de la narración también es interesante, ya que se articula en torno al viaje constante entre el presente y el pasado. Esto nos ayuda a entender paulatinamente qué es lo que realmente ocurrió en esa familia, cuál es el secreto a voces.
El lenguaje agridulce de la cumbia
Otro punto que vale la pena destacar es el soundtrack que acompaña esa noche de año nuevo donde inicia la narración, ya que genera una disonancia entre melodías alegres y letras extrañas que se mimetiza con el sentir y estado emocional de los personajes.
Cuando la familia se vuelve desconocida
Uno de los ejes centrales de esta novela es la familia. En palabras de la propia autora en una entrevista para La Tercera, Mientras dormías cantabas no es una novela “de familias felices, sino de unas donde ha pasado un huracán”. Y es ahí donde me quiero detener.
Se supone que la familia es (o debería ser) el espacio seguro. En términos socialmente acordados, la familia es un espacio/institución que entrega protección, comodidad y confort.
Pero, ¿qué pasa cuando es en ese mismo lugar donde ocurre todo lo contrario? ¿Qué pasa si ese lugar, aparte de ser el de la felicidad, amor y unión, es también el de las penas, los abandonos, las mentiras?
Lo Siniestro en Mientras dormías, cantabas
Es en ese cuestionamiento donde propongo leer la novela desde la perspectiva de lo Unheimlich o “lo siniestro”.
Para explicar en palabras simples este término propuesto por Freud, pensemos en Coraline y la puerta secreta, aquella novela y película donde hay una puerta que lleva a la protagonista a otra dimensión igual a la suya, en la que también existe su mamá, pero con una diferencia: tiene botones en vez de ojos y una actitud extraña, lo que causa una sensación de terrible extrañamiento y miedo en Coraline.
Sacando los tintes de fantasía, algo similar ocurre en la familia de Marta y Leonor, ya que es el núcleo familiar el que se transforma en lo desconocido por momentos. Es en la familia donde hay roles que no son los que tienen que ser, donde existe otra realidad que todos quieren y deben ocultar, que es tabú, que no se dice, pero existe. Y eso es lo que causa profundo extrañamiento en la protagonista.
“Esa ficción para la emergencia, para superar el trauma. O ese margen que permite la vida, desde donde es posible agarrarse y enunciar el teatro de esas cosas que no tienen por qué ser así”. (Mientras dormías, cantabas. Pág. 145)
Sin embargo, esas mentiras que crearon otra realidad paralela son el mecanismo de defensa para mantener a la familia unida luego de un hecho traumático y es lo que les da fuerzas para poder superarlo.
Entonces, ¿se puede juzgar la creación de esa ficción de emergencia? ¿Es posible haber actuado de otra forma o haber sabido afrontar la realidad bajo otra perspectiva? ¿Se podían haber tomado otras decisiones? Son preguntas que la novela pone sobre la mesa pero que no responde, porque no hay necesidad, porque las cosas son como son y ya está.
Todo pasa porque tiene que pasar
Mientras dormías, cantabas es una novela compleja e intensa que no victimizara los personajes y no busca culpables: solo muestra que todos tienen sus porqués, sus razones para hacer lo que hacen, lo que hicieron, para ocultar, para irse, para quedarse.
Es un relato que interpela a quien lo lee, que pone las cartas sobre la mesa sin ponerlas del todo y que deja entrever que para algunas familias lo más importante es seguir adelante, unidos, cueste lo que cueste.
Deja tu comentario