Vivimos en un mundo donde la salud mental es precaria. No se me ocurre alguien que pueda contradecirlo. Podemos despertar con ansiedad y tener que mantener un día como si nada pasara. Trabajar, rendir, responder que estamos bien y obligarnos a ocultarlo.
Y es que en nuestra sociedad no estar bien es síntoma de discapacidad. De acuerdo con el reporte “Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes”, en Chile el 5% de la población de personas mayores de 15 años padece depresión. Y más de un millón sufre de ansiedad. Es más, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica a Chile entre los países con mayor carga de morbilidad por enfermedades psiquiátricas (23,2%) en el mundo.
A nivel mundial al menos 322 millones de personas en el mundo sufren depresión, un 18% más que hace una década, y otros 264 millones padecen trastornos de ansiedad, un incremento del 15% respecto a hace diez años, según los últimos datos revelados por la OMS. Otro dato preocupante es que el panorama general arroja datos concluyentes respecto a que las mujeres son más propensas a padecer estos trastornos que los hombres.

“Hollywood” de BAMCAT
El #FreeBritney ha traído a la palestra todo esto. Madonna declaró que su caso era una violación a los derechos humanos. Y sin embargo, por años, cuando su caso estaba oculto a las redes sociales y las comunicaciones, hubo una imagen que se usaba como merch, meme e imagen para decir “¿Qué Britney eres hoy?”.
Así es, me refiero a Britney rapada.
Ahora parece lo más sensato no usar su imagen ni referirnos al episodio que llevó a la cantante a raparse y golpear con un paraguas el auto de un paparazzi. Pero, ¿por qué por tantos años tuvo sentido?
Si bien creo que había cierto fenómeno de identificarse con esa imagen de la superestrella y el hecho de estar pasando un mal rato, también considero que logró convertirse en una imagen de la cultura pop, un ícono de una época.
¿Nos preguntamos en su momento qué gatilló a la artista a raparse? Hay un fuerte estereotipo, comercial incluso, de que cuando las mujeres se sienten mal suelen cortarse el pelo y luego arrepentirse.
¿Alguien se preguntó por la salud mental de Britney durante ese tiempo? Si bien sé que muchas respuestas serán no, no nos culpo. La sociedad en que vivimos oculta las neurodiversidades como si fueran algo malo, como si por vivir con ansiedad nosotras estuviéramos mal e incompletas. Y como mujeres, educadas en la complacencia y culpabilidad, lo internalizamos y nos revictimizamos; aprendemos a vivir así y mirar al resto bajo ese prisma.

“Britney Spears Álbuns (1999-2009)” de Lucas Brigido
No te voy a decir que no te cortes el pelo, pero sí que veas en la imagen de Britney rapada una mujer que sufría y era acosada por la prensa. Y lo hemos hecho todas, y no creo que por eso la imagen de lo que estamos pasando deba viralizarse y menos sin consentimiento.
Tener ansiedad, depresión, u otro trastorno no es algo que se pueda apagar con un interruptor; es más que estar preocupada y nos afecta mental y físicamente. Miremos con enfoque de género la salud mental y creemos redes de contención; no usemos más la imagen de Britney en ese difícil momento de su vida personal y de su carrera, abracemos la neurodiversidad y eduquémonos.
Imagen destacada: Ilustración de Isabel Machuca
Deja tu comentario