El día que Berta Cáceres fue asesinada en marzo de 2016, su espíritu de lucha se multiplicó en quiénes buscan darle justicia. La ambientalista fue una mujer indígena feminista dedicada a la protección de los territorios y pueblos originarios en Honduras. A pesar de que la comunidad internacional y su familia han exigido justicia por su muerte desde hace más de cinco años, aún no se tiene en prisión a todos los responsables de la planificación de su asesinato.
En Copadas.cl te contamos sobre su vida como defensora del medio ambiente y lo importante que fue –y sigue siendo– su ejemplo de lucha para activistas y ambientalistas de todo el mundo. Berta no murió, se hizo millones.
La mujer del agua y la tierra
Cáceres cofundó y dirigió una de las organizaciones indígenas más conocidas en Honduras: el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). A través de esta organización tomó el liderazgo de la reivindicación de los derechos del pueblo lenca e impidió que sus comunidades fueran desplazadas por empresas privadas que dañaban directamente sus territorios.
La activista inició una ola de protestas contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca desarrollado por la Empresa de Desarrollos Energéticos (DESA). El río Gualcarque, que se encuentra en la comunidad lenca, iba a ser dañado por la actividad del proyecto afectando la biodiversidad de la zona y perjudicando la conexión espiritual de la comunidad con la naturaleza.

Créditos: Oswaldo Rivas, The New York Times
Esta lucha por la defensa del río logró que inversionistas del proyecto decidieran retirar su financiamiento, lo que paró momentáneamente la construcción de la hidroeléctrica. Berta fue perseguida, amenazada y hostigada por oponerse abiertamente a los intereses de la empresa de energía.
Su muerte: El inicio de otra lucha
Berta Cáceres denunció más de una vez que su vida corría peligro, sin embargo, el Estado de Honduras no le proporcionó la seguridad que solicitó. En marzo del 2016 Berta murió después de que un grupo armado entrara a su casa y le disparara. Después se sabría que estuvieron involucrados militares y empresarios de DESA.
Sus hijas e hijo no han parado de exigir justicia desde entonces. Bertha Zúniga – quien ha tomado el liderazgo del COPINH – y su hermana Laura Zúniga son las siempre presentes en los mismos espacios de lucha de su madre.

Bertha y Laura Zúniga en el mural comunitario hecho en memoria de su madre. Créditos: COPINH
“Decidimos pelear la información – sobre la investigación del asesinato de Berta Cáceres – porque sabíamos que la responsabilidad de acceder a la justicia nos iba a tocar a nosotras, estamos en un estado que criminaliza a quienes defienden la vida y los territorios” mencionó Laura en una reunión informativa del COPINH a la que accedió Copadas.cl.
¿Se hará justicia?
Actualmente solo una de las personas que dirigían DESA está siendo juzgada por la Corte Suprema de Justicia. Este juicio, que está por culminar en los próximos días, marcará un punto importante en el proceso de obtención de información sobre los demás directivos de DESA involucrados en el asesinato de Berta.

Créditos: Oswaldo Rivas, The New York Times
Esto representa el comienzo de una condena exigida por el COPINH y sus familia desde el día que asesinaron a la ambientalista “Para nosotras esta es una etapa muy importante. Tenemos más de 5 años de estar esperando este juicio. (…) algo que quedó muy demostrado es el tráfico de influencias que se movió alrededor del proyecto hidroeléctrico” explicó Bertha Zúniga, después de tomar la palabra en la reunión del COPINH.
El juicio es contra David Castillo, directivo de DESA que coordinó y organizó, según las pruebas presentadas, a las personas que asesinaron a la activista en el 2016. Para las hermanas Zúniga, Castillo solo fue el vínculo entre los dueños de DESA – que son una familia con poder económico en Honduras – y los sicarios que cometieron el crimen.
“Teníamos pruebas contundentes sobre la culpabilidad de varios actores en el asesinato de mi mami. Uno de ellos es David Castillo (…) involucrado también con una familia poderosa que se ha enriquecido a costa del Estado y de nuestros recursos, la familia Atala Zablah”, aseguró la hija menor de Cáceres. Todavía no se ha expuesto nada directo sobre un juicio contra la familia Atala, pero se conocerán más detalles sobre los vínculos hasta que termine el juicio de Castillo.
Campamento feminista en lucha
Las hermanas Zúniga Cáceres no están solas en espera de justicia. Fuera de la corte hay aproximadamente 150 personas que llevan casi dos meses acampando frente al edificio. Son mujeres, amigas de Berta Cáceres, compañeras de lucha, feministas, etc. Vienen de todas partes de Honduras para acompañar y ser escuchadas en una sola voz sorora.

Altar para Berta Cáceres frente a la Corte Suprema de Justicia. Créditos: Martín Cálix, Contracorriente
Yesica Trinidad es una de las mujeres que permanece en este campamento y ejerce como directora de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos. “Vamos a seguir en pie, vamos a sostener el campamento hasta que termine el juicio y esperamos poder levantarlo con el fallo condenatorio. Tenemos la esperanza de que la condena va dar lugar a perseguir a quienes de verdad planificaron y pagaron el asesinato de Berta”, comentó la activista.
***
Las luchas de Berta Cáceres fueron reconocidas con el premio Goldman Environmental Prize en 2015. Premio internacional que se le otorga a activistas por su trabajo defendiendo el medioambiente en el mundo. Así es recordada, sosteniendo el premio por sus luchas, por sus convicciones y por la defensa de los territorios indígenas de Honduras.
Su vida inspira las luchas de mujeres que también siguen sus convicciones. Berta no murió, se hizo millones.
Ilustración principal: Isabel Machuca
Deja tu comentario