En el cuarto capítulo de este especial constituyente, conversamos sobre los trabajos domésticos y de cuidados, y por qué es necesaria una remuneración de estas labores. Nos habló más al respecto Antonia Orellana, periodista feminista, integrante del Frente Feminista de Convergencia Social y ex candidata a constituyente.
“Todas las políticas se han pensado de acuerdo a modelos familiares en los que hay alguien que puede cuidar mientras el otro teletrabaja. O asumen que hay un proveedor principal, que no es esa mujer que tiene esa inserción laboral precaria a través del comercio informal. Ahí entra el ideal familiar, que tiene la segmentación del Registro Social de Hogares. Éste castiga a las mujeres por salir de la precariedad, porque les va a quitando las ayudas a medida de que van saliendo de ellas o que tienen mayores redes de apoyo”, desarrolló la periodista.
¿A qué nos referimos con que existe una “crisis de los cuidados”?
Antonia Orellana explicó que existe una crisis del cuidado debido a la exacerbación del neoliberalismo, “que ha desquiciado a tal nivel la vida en común, que ciertas funciones básicas de la vida cotidiana no alcanzan a ser satisfechas”. Lo ejemplificó con la necesidad de alimentación, porque en muchos casos no se puede satisfacer financieramente o en términos de la pobreza de tiempo.
Antonia Orellana explicó que también hay una crisis del cuidado en términos de envejecimiento de la población: “En la medida de que tenemos políticas pensadas en modelos familiares y pensiones que no existen, lo que tenemos es soledad y abandono de las personas mayores. Quienes cumplen las funciones de cuidado de esas personas son mujeres. A la vez, ellas tienen que trabajar para mantenerlos porque no tienen pensiones, o adoptan métodos de cuidado informales”.
A lo anterior agregó que otra dimensión de la crisis de los cuidados son los niños, niñas y adolescentes. La activista feminista señaló que el programa 4 a 7 del Sernameg “consiste básicamente en mantener a los cabros chicos dentro del colegio hasta que las mamás salen de jornadas laborales absurdas. Esto porque si esos niños no están en el colegio, van a estar en el abandono. O sea, las consecuencias de esa crisis de los cuidados está en la sobrecarga de las mujeres”.
¿Es acaso la remuneración de los trabajos domésticos y de cuidados una perpetuación del rol de género que cumplen las mujeres? ¿Ha sido el trabajo doméstico plenamente reconocido y remunerado alguna vez en alguna parte del mundo? ¿Cuál sería la fórmula para poder remunerar el trabajo doméstico? Conversamos de esto y más en la entrevista que puedes escuchar a continuación:
Ilustración: Crossa Grossa
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