Ser mujer es difícil. Ser parte del género femenino involucra discriminaciones, estereotipos, violencias y vulneración de derechos. Las inequidades y desigualdades de género son construcciones sociales que se definen por el sistema heteropatriarcal, el cual establece reglas y patrones normativos sobre hombres y mujeres. Las brechas e injusticias son evidentes pese a los avances que se han obtenido.
“La mujer no nace, se hace” – Simone de Beauvoir
El orden cultural patriarcal incide en varias dimensiones de la vida de las mujeres. La subordinación femenina se expone por el orden social masculino que se emplea en nuestra sociedad. La democracia en Chile es cuestionable, ya que, se coartan derechos y se presentan segregaciones por ser mujer.
La violencia contra mujeres y niñas se considera una violación gravísima de los derechos humanos. Las mujeres viven diversas formas de violencia. Estas afectan negativamente el bienestar de las mujeres y dificulta su participación en la sociedad.
La otra pandemia
La violencia intrafamiliar es considerada una pandemia, la cual, está presente desde los inicios de la humanidad, mostrándose como maltrato físico, emocional/psicológico, sexual y negligencia/abandono.
Los índices de violencia contra la mujer durante la pandemia por la covid-19 son una preocupación. Macarena Segovia y Graciela Pérez mencionan en una publicación de Ciper que: “La posibilidad de que víctimas de violencia intrafamiliar se vieran obligadas a pasar todo el día encerradas con sus agresores encendió las alarmas”.

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Los femicidios persisten pese a la implementación de políticas públicas para combatir estos delitos. Las instituciones no siempre reconocen que son femicidios y se tiende a culpar a la víctima. Es importante crear conciencia colectiva sobre los delitos de género.
El trabajo doméstico es trabajo
El capitalismo heteropatriarcal se mantiene en la división sexual del trabajo. Se le fomenta a los hombres el trabajo productivo (espacio público, reconocido y remunerado) y a las mujeres, el trabajo reproductivo (el de cuidados y doméstico). El trabajo reproductivo está invisibilizado, sin reconocimiento simbólico ni económico, por ende, no está relacionado a derechos ni a protección social. En No es fácil ser mujer en el mundo del trabajo, Carolina González-Velosa destaca: “Las mujeres enfrentan grandes desventajas en el mundo del trabajo”.

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En el ámbito laboral, las desigualdades de género se expresan y desarrollan en la baja incorporación de las mujeres, las diferencias en salario, la retribución por su trabajo, los puestos y tipos de trabajos a los que pueden aspirar, acoso laboral, entre otros. Las mujeres optan por trabajos informales y de salarios bajos, impactando a largo plazo en sus pensiones de vejez. Por supuesto, la equidad de género debe comprenderse como el impacto en el crecimiento económico, la disminución de la pobreza y la reducción de la desigualdad de ingresos.
Fin a la educación sexista
Los/as niños/as ingresan al colegio con las mismas capacidades, sin duda, con el paso del tiempo, se producen diferencias al evaluar. Los docentes hacen preguntas más complicadas a los hombres y a las mujeres más fáciles, proyectando estereotipos y prejuicios de que el género femenino es incapaz.
En esa línea, la directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación y académica de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, Alejandra Mizala, comenta en una columna de opinión: “La educación sexista produce una discriminación de las mujeres en razón de la asignación de actitudes, prácticas y capacidades que se plantean como naturales”.
Esto tendrá relación con la discriminación por especialidad que afecta al sistema educacional, demostrándose en la elección de una carrera profesional. La equidad de género debe enfocarse en una enseñanza sin sesgos sexistas para que el aprendizaje sea inclusivo y libre de estereotipos.
Aborto y violencia obstétrica
El derecho a la salud sexual y reproductiva desempeña un papel fundamental para el bienestar femenino. Los derechos reproductivos están relacionados derechamente con las mujeres, desvinculando las responsabilidades de los hombres.
La despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales es un progreso, pero no aborda el problema de fondo. El aborto libre y seguro debe reconocerse como un derecho y un problema de salud pública.
Las mujeres y niñas con bajos recursos, principalmente, las que residen en zonas rurales, tienen menos posibilidades de tener acceso a anticonceptivos o atención de salud durante el embarazo y el parto.
La despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales es un progreso, pero no aborda el problema de fondo. El aborto libre y seguro debe reconocerse como un derecho y un problema de salud pública. La maternidad debe ser una opción y no una obligación.

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La menstruación y los derechos menstruales se abordan como un tabú y el enfoque de salud excluye que es un asunto de salud pública. Las empresas venden productos carísimos a los que no todas pueden acceder, y con ello, se promueven impuestos sexistas.
Además, existe violencia contra las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio que se establece en los servicios de salud, y que consiste en cualquier acción que cause daño físico y/o psicológico a la mujer por parte del personal del sistema de salud.
Vivir sin miedo
El acoso callejero es violencia de género. El acoso callejero se refiere a las agresiones injustificables a la mujer por razones de vestimenta, actitud, forma de caminar, horas del día, la calle o lugares que transita. Es un avance que se haya aprobado la ley de acoso callejero para prevenir y sancionar estas prácticas.
La violencia de género se evidencia en las nuevas tecnologías desde el ciberacoso. Según Unicef, el ciberacoso es “acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales”. Las conductas se repiten y tienen el objetivo de atemorizar, enfadar y/o humillar a las mujeres. Frente a esto, se han desarrollado aplicaciones de seguridad para mujeres con el objetivo de mapear la violencia y cuidarse entre ellas.

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El feminismo es fundamental para entender las relaciones sociales de dominación, subordinación sexual y la igualdad de géneros. El acto entre mujeres dentro del movimiento feminista, viene construyendo una forma distinta de ser mujeres y de relacionarse políticamente.
El feminismo crea libertad y derechos. La sociedad debe promover igualdad, libre de violencia, derechos, justicia, educación sin sesgos de género, vivir sin miedo y libre de estereotipos.
Chile necesita un Estado feminista y para ello, las feministas deben ser parte e influir en la reformulación de una sociedad más justa.
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Imágen principal: Antonia Rosello Rodríguez (@antoniarosello)
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