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Ghosting: relaciones interrumpidas por la cobardía

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    mujer triste

    Ghosting: relaciones interrumpidas por la cobardía

    Por Amanda Teillery | (Des)Amor | 2 comentarios | 21 Febrero, 2021 | 4

    Las cosas iban bien. Demasiado bien, de hecho. Mi amiga Florencia (nombre ficticio) ubicaba a Rubén por ciertos amigos en común. En el transcurso de los años, coincidían a veces en fiestas o eventos. Se seguían mutuamente en Instagram y en medio de la pandemia comenzaron a intercambiar algunos mensajes. Después empezaron a tener conversaciones más largas y a hablar más seguido. Eso comenzó en abril y el contacto se mantuvo constante durante el resto del confinamiento. En septiembre, cuando se levantaban las cuarentenas, quedaron en juntarse. Y después quedaron en verse de nuevo. Y de nuevo.

    A Florencia  le solía costar abrirse con las personas y mostrarse vulnerable en las relaciones, ya que le daba miedo salir lastimada. Eso con Rubén cambió. De pronto, bajó la guardia y se atrevió a sentir y dejarse llevar por sus sentimientos. Rubén la hizo sentir lo suficientemente confiada como para hacerlo. Él se había convertido en una suerte de espacio seguro. Alguien en quien se podía fiar.

    cita ghosting

    Créditos: Vanessa Garcia, Pexels.

    “Como nos conocíamos de antes, pensé que eso podía significar un respeto y conexión mayor”, cuenta Florencia.  Nada en la actitud de Rubén la hacía dudar de su interés hacia ella. Planeaba citas para más adelante. Iniciaba las conversaciones. Incluso hablaban por teléfono por harto rato.  “De hecho, pensaba que si alguien iba a terminar aquello, sería yo, ya que él mostraba estar muy interesado. Incluso me decía que su mamá sabía de mí, lo que igual me sorprendió, porque yo todavía no veía la relación como algo tan serio”, agrega.

    El Urban Dictionary define “ghosting” como: “Cuando una persona corta toda comunicación con sus amigos o con la persona con la que está saliendo, sin ninguna advertencia de antemano”.

    ¿Y qué pasó entonces? Florencia no lo sabe. A mediados de noviembre salieron un sábado. Después de ese día,  él dejó de iniciar las conversaciones. Florencia notó el ligero cambio de actitud, pero continuó hablándole para ver si la situación se remediaba. Le mandó un video que le podría interesar para un trabajo de la universidad. Él respondió con un “buena, gracias”, sin mostrar intención de continuar la conversación.

    Días después, Florencia decidió darle una última oportunidad y le escribió un mensaje. Él le dejó el visto.

    Ignorar pero orbitar

    “Me sorprendió y me dio rabia que no sintiera la necesidad de decirme algo. Entiendo que no puedes controlar los sentimientos del otro ni exigirle nada, pero hay que tener más empatía con el resto. Creo que a los hombres les cuesta entender y practicar la responsabilidad afectiva; en ese aspecto se comportan inmaduros, como si tuvieran todavía quince años”, reflexiona Florencia.

    revisar el celular

    Créditos: Prscilla Du Preez, Unsplash

    Rubén no le ha vuelto a hablar. Pero continúa revisando las historias de Instagram de Florencia, como un bicho que vuela constantemente alrededor de ella. Aquello, de hecho, es otro concepto que se desprende del Ghosting, conocido como Orbiting, que hace alusión a salirse de la vida de una persona pero aún “orbitar” a su alrededor para estar informado y tener cierto control.

    Esta falta de conclusión la llevó a fabular mentalmente todo lo que ella pudo haber hecho mal; qué dijo, qué hizo. Confiesa que le arruinó un poco la autoestima.

    “Ahora cuando he empezado a hablar o salir con alguien nuevo, la experiencia del ghosting me pesa, hace que me pregunte si la persona me va a dejar de hablar de un día para otro también. Antes yo me sentía segura cuando hablaba con hombres. Ahora dudo de lo que digo y hago. El ghosting como que me bajó a Tierra de manera violenta”.

    ¿Qué es el ghosting?

    Se conoce como ghosting a dejarle de hablar a alguien de un día para otro sin explicación. El Urban Dictionary lo define como: “Cuando una persona corta toda comunicación con sus amigos o con la persona con la que está saliendo, sin ninguna advertencia de antemano. Los verás comúnmente evitando llamadas, redes sociales e interacciones en público”.

    Del inglés Ghost, alude a la acción de desaparecer inesperadamente. El término se popularizó en el 2015 y terminó siendo incluido en el diccionario británico Collins.

    Si bien es una palabra relativamente nueva, el uso de ésta ha tenido un ascenso rápido y constante, volviéndose parte del vocabulario y vida de muchos jóvenes.

    Y no es sorpresa. Al buscar víctimas de ghosting, los testimonios no se demoran en llegar.

    “Me sentí usada”

    Amelia (nombre ficticio) también sufrió de ghosting. Conoció a un chico por Tinder y salieron dos veces, en las cuales tuvieron relaciones sexuales. Amelia dice que se sintió natural, ya que se llevaban muy bien y tenían muchas cosas en común.

    cita entretenida ghosting

    Créditos: Sidral Mundet, Unsplash.

    “En la primera cita él fue muy atento, se preocupó de que me sintiera cómoda, me pidió un Uber y me preguntó si había llegado bien”, cuenta.

    Salieron de nuevo y Amelia sintió que continuaban igual de bien que en la primera cita. Él hablaba mucho sobre feminismo, por lo que esperaba cierta responsabilidad afectiva de su parte.  Pero al volver a escribirle al chico de Tinder luego de la segunda cita, éste simplemente le dejó de responder.

    Sobre esto, Amelia reflexiona: “Creo que mi error fue haber creído que, por haber salido conmigo un par de veces, algo más iba a pasar entre nosotros. Pero ahora comprendo: los hombres que usan Tinder no salen solamente con una mujer al hacer match, sino que con muchas, y las ven como algo bastante desechable y temporal. Cuando alguien te hace ghosting básicamente te está diciendo que no le importas lo suficiente como para darte explicaciones”.

    tinder ghosting

    Créditos: C Technical, Pexels

    Para Amelia la experiencia no solo la dejó con interrogantes, sino que también la hizo sentir usada: “Alguien se mostró simpático para tirar conmigo y cuando lo logró, no le importó más lo que yo podría sentir”.

    Al igual que Florencia, Amelia dice que la experiencia le dañó bastante la autoestima. “Ahora cuando estoy saliendo con alguien necesito constantemente saber que todo va bien, porque si no, me siento segura de que me hará ghosting de un momento a otro otra vez”, dice.

    “Él llevó todo a un plano sentimental y luego me dejó de hablar”

    Lorena (nombre ficticio) conoció en un carrete de la universidad a un compañero un par de cursos mayor.  “Agarramos y empezamos a tirar. Después me di cuenta de que él era el ex de una compañera de la u, así que pensé que lo mejor sería no empezar una relación y dejar todo en un plano más físico, sin proyectarse”, relata.

    Pero él lentamente empezó a llevar todo a un plano más sentimental. Sobre esto, Lorena cuenta que él “quería que lo abrazara más, regalonear y conversar de cosas más profundas. Yo me dejé llevar un poco”.

    por qué hacen ghosting los hombres

    Créditos: Aex Green, Pexels.

    Un día él tuvo que ir a un congreso al sur. En sus historias de Instagram, Lorena supo que su ex también se encontraba ahí. Habían quedado en verse el martes a la vuelta de su viaje. El día anterior ella le escribió un mensaje para coordinar el plan, pero él no le respondió: “Me dejó de hablar de un día para otro”.

    Lorena dice haber estado más enojada que dolida, ya que le molestó la actitud.

    “Por mí bien que nos comiéramos y nada más, pero él me hizo entrar en un espacio más comprometedor cuando sabía que no quería eso a la larga y después no da explicaciones. ¿Para qué meterme en eso si después me va a dejar de hablar?”, se pregunta.

    Pasado un tiempo, él dijo que podían juntarse a hablar. Quedaron un jueves. Ese mismo día, él volvió a no dar señales de vida.

    ghosting

    Créditos: Alex Green, Pexels.

    “No sé qué quieren los hombres cuando hacen estas cosas. Debe ser algo de ego, sentirse deseados y después rechazar”, dice Lorena.

    El sentimiento en común parece ser que el ghosting duele porque no es un final, sino más bien una interrupción. Literalmente, es un diálogo que se corta a la mitad. Duele porque, a diferencia de otras decepciones amorosas, no hay un desenlace para tener un cierre con la experiencia. Solo quedan dudas y preguntas dando vueltas en la cabeza. Hace también dudar de la percepción propia. Porque todo parecía ir tan bien, ¿cómo no vi esto venir?

    Yo también hice ghosting

    Al preguntarle a un grupo de ocho mujeres, cinco dijeron haber sido víctimas de ghosting.

    Al preguntarles a las mismas si alguna vez habían hecho ghosting, la mayoría respondió concretamente que no, mientras que dos admitieron que sí.

    Verónica (nombre ficticio) admite tanto haber sido víctima del ghosting como victimaria. El motivo por el que le dejó a hablar a una persona fue porque “no le gustaba en serio” y la perspectiva de tener que decírselo la incomodaba.

    hombre en el celular ghosting

    Créditos: Joshua Reddekopp, Unsplash

    “Me hubiera gustado haberle dado entender que él era bacán y que simplemente los sentimientos no eran correspondidos. Pero la idea de confrontación me daba miedo”, explica Verónica.

    De hecho, Verónica fue víctima de ghosting la semana pasada. Estaba hablando con un chico por chat. “Habíamos agarrado y yo me quedé a dormir en su casa una vez. No me gusta tanto, pero igual le respondía los mensajes. La semana pasada le mandé un audio y no me respondió más”, cuenta.

    Ella dice no sentir dolor por la pérdida, ya que no lo veía como algo serio, pero el ghosting de todos modos la hizo sentir insegura y cuestionar  sus actitudes anteriores. “Me pregunté qué había hecho mal, si dije algo o lo aburrí, si debería hablarle de nuevo o sería muy arrastrada, siendo que él realmente no me gustaba tanto. Ahí me dí cuenta del efecto que podía llegar a tener y me da culpa saber que le hice eso a alguien”.

    Carla (nombre ficticio) estuvo en una especie de relación con un compañero de la universidad durante un intercambio, aunque señala que “nunca oficializaron nada”. Volvieron a Chile en febrero del 2020. Alcanzaron a verse una vez antes del comienzo de la pandemia.

    ghosting hombres

    Créditos: Vlada Karpovich, Pexels.

    Durante la cuarentena, él le dijo un par de veces que se vieran, pero Carla no encontraba aquello una buena idea y le daba miedo exponerse al virus.  Al preguntarle por qué dejó de responderle los mensajes, Carla señala que “simplemente se le olvidó” con todo lo que estaba pasando. Dada las circunstancias, no encontraba la manera de decirle que no quería nada con él.

    Pero Carla señala que “de no haber sido por la pandemia, hubiera terminado en persona” y que “sí o sí se habría dado una conversación”. En su caso, el ghosting fue un efecto colateral de las circunstancias.

    ¿Por qué hacen ghosting los hombres?

    Al preguntarle a los hombres sobre ghosting, la mayoría no recuerda que se lo hayan hecho. Pero al preguntarles si es que le han hecho ghosting a otros, las definiciones parecen resultarles más ambiguas.

    Los testimonios de mujeres víctimas de ghosting llegaron mucho más rápido y con mayor cantidad que las respuestas de los hombres (tanto de si lo han sufrido o hecho).

    Al preguntarle a diez hombres, cinco señalaron que “no creen” haber hecho ghosting, pero igual no “están tan seguros” (a diferencia de las mujeres que directamente respondieron no o sí). En tanto, cinco hombres admitieron haber hecho ghosting.

    “Era de los bacanes eso de tener a muchas mujeres como en la espera, te hacía sentir importante” – Augusto

    Los motivos son bastantes esquivos, pero algo que se repite es que, de alguna manera, perdieron el interés por la persona con la que estaban hablando y no sintieron la necesidad de comunicar aquello.  También señalan que nunca consideraron tener algo serio con éstas y que, por ende, la situación no ameritaba una explicación mayor.

    hombre en celular

    Créditos: Keira Burton, Pexels

    Augusto (nombre ficticio) señala que en la época en que hizo ghosting le gustaba hablar con muchas mujeres a la vez. “Era de los bacanes eso de tener a muchas mujeres como en la espera, te hacía sentir importante”. La mujer a la que le hizo ghosting nunca le importó ni le gustó de verdad, pero le hablaba para mantenerla ahí, hasta que finalmente terminó por aburrirse. De todos modos, Augusto señala que era inmaduro en ese entonces y que ahora “jamás volvería a hacer ghosting”.

    F.R.A señala que no hablaba con otras mujeres mientras se comunicaba con a quien le hizo ghosting. Se conocieron por actividades en la universidad y empezaron a hablar por redes sociales. Al definir el tipo de relación, dice que era “amorosa pero no seria”. Estuvieron comunicándose un poco más de un mes.

    “Si lo vemos desde las experiencias heterosexuales, a las mujeres les enseñan desde siempre a buscar AL hombre de su vida, mientras que a los hombres los incentivan más a salir con muchas” – Amelia.

    F.R.A explica que cuando se veían en persona, no hablaban con tanta fluidez como sí lo hacían por chat y aquello lo llevó a desencantarse. Se le hacía tedioso comunicarse por redes sociales, pero al mismo tiempo no encontraba la misma conexión con ella en persona. Dice que en un principio le dejó de hablar de manera inconsciente, simplemente porque le daba pereza y se le terminaba por olvidar. Pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo no supo cómo enfrentar la situación y prefirió alejarse sin dar más explicaciones.

    mujer triste ghosting

    Créditos: Andrea Piacquadio, Pexels.

    A la pregunta de por qué no sintió pertinente terminar en persona, dice creer que “desde un principio le insinuó que no quería nada serio” y que de alguna manera no se sintió obligado por lo mismo, ya que el silencio de por sí era un mensaje claro.

    Su testimonio es similar al de Jorge (nombre ficticio). Durante el verano del 2020, la conoció a “Ella” -como Jorge prefiere identificarla – en un cumpleaños. Ella tenía un collar con forma de ballena, lo que  creó una conexión instantánea porque a Jorge “le gusta mucho el mar también”. “Una cosa llevó a la otra y nos fuimos a mi departamento. Al otro día me tenía que ir rápido a Viña así que fue todo rápido, pero nos intercambiamos los números y empezamos a hablar”, narra Jorge.

    Una semana después, cuando Jorge fue a Santiago, salieron a comer y nuevamente “una cosa llevó a la otra”. Fue entonces cuando el coronavirus apareció. Jorge tenía que pasar harto tiempo en Viña, pero el contacto con Ella era constante. Dice que estuvieron hablando por meses. Señala que en ese momento a Ella la encontraba “bacán”. Era profesora de arte y le gustaba el mar, además también había empezado a vivir sola, por lo que tenían mucho en común.

    thom holmes

    Créditos: Thom Holmes, Unsplash.

    Pasado un tiempo, Jorge se dio cuenta de que tendría que quedarse indefinidamente en Viña, así que fue a Santiago a buscar cosas y dejar su departamento. Ella lo fue a ayudar; según él, ambos tenían la tácita idea de que algo más volvería a pasar.

    Sin embargo, al volver a verla algo cambió: “Como que no coincidía con la imagen idealizada de ella que yo había construido mientras hablábamos durante la cuarentena. Fue como un shock, me sentí estafado por mi mente”. Según Jorge, aquello le resultó desmoralizante.  “No me dieron ganas de hablarle más”. Le respondió un último mensaje ya estando de nuevo en Viña, y después cortó la comunicación sin darle explicaciones. Era mayo, llevaban viéndose y comunicándose de manera constante por cinco meses.

    Confiar en quien no vale la pena

    En lo que todos los testimonios parecen coincidir es que las historias que comienzan por redes sociales o aplicaciones de citas -se menciona mucho a Tinder y Grindr- son más propensas a terminar en ghosting. “Este constante baile de redes sociales les da más permisividad a la gente de ser egoístas y no asumir las consecuencias de sus actos”, reflexiona Florencia.

    Creo que, aquí todos concordamos: el problema radica en la persona que ejecuta el ghosting y no la víctima de éste.

    “En el caso de los hombres, creo que la protección que da la distancia por redes sociales les permite sacar su misoginia y machismo no tan directamente, de alguna manera sin que ellos mismos se den cuenta”, dice Amelia. “La mayoría no siente ninguna culpa porque nadie de su círculo social se entera, por lo que su reputación continúa intacta, creo que ahí muestran su verdadera cara”, añade.

    ghosting mujer

    Créditos: Riccardo Mion, Unsplash

    Y también lo ven un poco como resultado de una carga cultural. “Si lo vemos desde las experiencias heterosexuales, a las mujeres les enseñan desde siempre a buscar AL hombre de su vida, mientras que a los hombres los incentivan más a salir con muchas, lo que hace que la cosa nunca termine de funcionar. Por lo mismo, creo que las mujeres -debido a estas enseñanzas- les dan más valor a los chats, mientras que los hombres suelen querer juntar mujeres como mercancías”, sentencia Amelia.

    Entre rabia, pena e inseguridades, parece ser que las historias de las víctimas de ghosting llegan a un consenso común: su único error fue confiar. O mejor dicho, la otra persona no merecía esa confianza. Creo que, aquí todos concordamos: el problema radica en la persona que ejecuta el ghosting y no la víctima de éste.

    Florencia llegó a una conclusión que le da más paz mental: “Si alguien es capaz de hacerte ghosting, significa que esa persona no vale la pena”.

    ***

    Este texto forma parte de la convocatoria para colaborar en Copadas.cl. Para participar, puedes enviar tus reseñas, experiencias y columnas de opinión con enfoque de género a este formulario.

    ghosting, relaciones, responsabilidad afectiva
    Amanda Teillery

    Amanda Teillery

    Autora del libro de cuentos "¿Cuánto tiempo viven los perros?" y la novela "La buena educación". Estudiante de magíster mención Literatura.

    Más posts de Amanda Teillery

    2 comentarios

    • Avatar
      Javiera Responder 22/02/2021 at 17:54

      Tengo una opinión diferente. Me han hecho ghosting y también lo hecho, la verdad no sé que fue primero. Considero que si la relación no es seria (un par de citas) nadie le debe explicaciones a nadie. Cuando me han hecho ghosting me siento mal, no por el ghosting sino por darme cuenta que no le gusto a alguien que quizás a mi si me gusta, y eso es triste, pero es la vida también. Una explicación no va a cambiar eso: no va a hacer que yo le guste. Por lo mismo, es innecesaria. Lo que si es necesario es una autoestima fuerte pa que cuando eso pase te des cuenta que: no hay nada malo en ti, uno no siempre le va a gustar a todo el mundo, no gustarle a una persona no significa que no le vas a gustar a nadie. Entender eso y seguir adelante sin andar buscando explicaciones para entender lo obvio: NO LE GUSTAS
      Y las razones dan lo mismo, por qué? Porque lo que para alguien puede ser insoportable/inadmisible/desagradable para otro puede ser un tesoro. Ej si alguien no me quiere porque hablo mucho, puede venir después otra persona que me ame exactamente por eso y que le encante escucharme hablar. Entonces, para que necesitas esas razones?
      El problema no es de la gente que hace ghosting, sino de aquellos que no pueden aceptar el rechazo. Es difícil, pero una explicación no va a cambiar la situación.

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